viernes, 20 de marzo de 2009
Lo real crudo en escena
Andre Antoine y sus puestas en escena: la abolición del telón pintado y del decorado de cartón. La voluntad de preservar lo real de su anulación en la representación de una realidad construida de acuerdo a esquemas y cómplice, por tanto, de las pretensiones de los primeros realistas.
Luego llega Stanislavsky:
"Para Flaubert, como para Stanislavsky, no se trataba tanto de imitar la realidad, sino de escribirla o materializarla escénicamente, de escribir o escenificar, una realidad artística idiferenciable de la realidad efectiva".
La vida es la clave en el realismo stanislavskyano. Si el realismo de Coubert se basaba en la inmovilidad (muerte) y el de Flaubert, en el tratamiento de personajes como cosas, el de Satnislavsky, lo que intenta atrapar es la vida.
Algo paradójico, pues en ningún otro escritor como en Chéjov la vida aparece reflejada de un modo más agónico, más próximo a la muerte."
"De hecho las descripciones de la puesta en escena de La Gaviota permiten entreveer que el éxito del realismo stanislavskyano dependía en gran parte de la ocultación de la realidad material bajo diversos velos: el de los vestuarios sencillos que dulcifican la cotidianeidad, el de las palabras susurradas que amortiguan el discurso, el de los sonidos lejanos, que disfrazan el silencio, el del ritmo matemáticamente construido que resituye el de la experiencia vivida.
La ilusión de vida se lograba mediante la minimización de los fragmentos o detalles con los que se componía y, por tanto, de sus bordes, de sus suturas en un procedimiento paralelo al desarrollado internamente por el actor en la búsqueda de la llamada "línea contínua". La cobertura atmosférica y la distancia impedían la visibilidad del artificio"
(José Sánchez, Prácticas de lo real en la escena contemporánea Visor Libros).