jueves, 20 de agosto de 2009

La ilusión en el teatro by Tato Pavlovsky



El viernes pasado, realizando mi obra Solo brumas, Eusebio, mi personaje –de unos setenta años y dedicado a una función social de demolición–, entra a escena y relata una anécdota que le ocurrió minutos antes. Viene herido en la parte izquierda de la tibia, a raíz de un incidente que mantuvo en la Plaza Irlanda con un chico de trece años que, amenazándolo con una navaja, le pedía una zapatilla. Eusebio le responde que él calza 45 y que no le va a servir una zapatilla. El joven de trece años le grita: “¡Viejo de mierda, vos creés que soy un chorro!” y simultáneamente saca la navaja y lo hiere en la tibia izquierda. Todo esto es un relato de Eusebio. Pepi, una de las compañeras de Eusebio, se apiada y lo venda rápidamente para evitar una hemorragia.
Al mirar mi pantalón, yo observo que está manchado de un “colorante” que simula ser sangre y que utilizamos sólo en la última parte de la obra.

Cuando veo la “sangre” con el colorante en el mismo lugar donde el pibe me corta pienso en qué momento me lo habrán puesto (nunca se utilizó en ese momento) y pienso que Briski es un director admirable para ese tipo de sorpresas y triquiñuelas a los actores. Mientras Pepi venda la pierna de Eusebio observando toda mi pierna ensangrentada, yo acudo al “método Stanislavsky ” y grito de dolor y cuando me levanto ya vendado mi renguera es mayor que nunca y camino en el escenario más herido que nunca. Estaba contento porque pensé que a Briski le estaría gustando mi adaptación a la nueva circunstancia actoral.
Con todo veo que Pepi, la que me vendó la pierna, se acerca a Pipi y empiezan a cuchichear entre ellas.

Yo rengueaba cada vez más feliz sintiéndome un actor joven, herido. También me pareció observar un misterioso gesto de la actriz a Briski que me resultaba insólito. Pero ya había un clima de extrañamiento en el elenco que no era disonante a estos personajes marginales que tenían que cumplir una función demasiado terrible en la obra.
Todo parecía exacerbado y mi monólogo final salió mejor que nunca a raíz de esa herida “sangrante” y el tono de mi exaltación.

Al terminar la obra una de las actrices me pregunta muy nerviosa con qué me había “herido” en la pierna. Yo le respondo que me pusieron colorante en el lugar de la tibia izquierda. Pero al sacarme el pantalón observo que tengo una pequeña herida en la tibia izquierda de donde había manado la sangre que yo creí que era colorante.
Me dijo que lo miró a Briski para detener la función por el peligro de mi hemorragia. Ella me veía sangrar en el mismo lugar donde yo le contaba que el pibe de trece años me había cortado.

Al entrar Briski me preguntó si era diabético, riesgo muy grande para un hipocondríaco como yo.
Pregunta sin contestar: ¿por qué me habría herido en la tibia izquierda, exactamente en el mismo lugar donde relato que el pibe me hiere y la actriz me “cura” en cada función?

Mientras yo me vanagloriaba de actuar la pierna ensangrenta da, Mirta quería parar la obra. Susy Evans, la otra actriz, le dijo a su compañera: nunca te vas a dar cuenta si Tato actúa o no. Siempre actúa y lo peor o lo mejor es que él quiere actuar hasta su propia muerte. Es así por naturaleza.

Me pregunto: ¿cuántos años más seguiré en un escenario?
Me contesto: solamente en un escenario las emociones y los terrores forman parte del exorcismo dramático. Realidad y fantasía se entremezclan de una manera misteriosa.
Mientras pueda y la herida no sea grande estas emociones y confusiones no me las pierdo. Misterio del teatro y la creación. Los años de análisis lo convirtieron en un caso cada vez más histérico. No hay que despertar a los sonámbulos. Es peligroso, comenta Susy. El finge que no está fingiendo que está fingiendo.

Eduardo “Tato” Pavlovsky. Página 12. 1 3 de agosto de 2009

lunes, 17 de agosto de 2009

Lugares comunes (temas de charla burgueses By Flaubert)

¿Temas de charla entre Solioni y las Tres Hermanas? ¿Qué personaje podría usarlas?

Abnegación.- Quejarse de que los demás no la posean. "Somos muy
inferiores al perro en este aspecto."

Actrices.- La perdición de los hijos de buena familia. Son de una
lubricidad pavorosa, se dedican a las orgías, derrochan millones,
terminan en el hospital, ¡Perdón! ¡Hay algunas que son buenas madres
de familia!

Agotamiento.- Siempre prematuro.

Alcoholismo.- Causa de todas las enfermedades modernas. (V. ajenjo y
tabaco)

Alegría.- La madre de los juegos y de las sonrisas. No se debe hablar
de sus hijas. Siempre acompañada de loca.

Almuerzo de solteros. Requiere ostras, vino blanco y cuentos verdes.

Ambición.- Siempre precedida de loca, cuando no es noble.

Anillo.- Muy distinguido si se lleva en el dedo índice. Colocarlo en el
pulgar es demasiado oriental. Usar anillos deforma los dedos.

Anteojos.- Insolentes y distinguidos.

Anticristo.- Voltaire, Renán...

Antigüedad y todo lo que se relaciona con ella. Trivial, molesto.

Antigüedades (las). Siempre son de fabricación moderna.

Aparador.- Indispensable en casa de una muchacha bonita.

Aplomo.- Siempre seguido de infernal o precedido de rudo.

Aquiles.- Agregar "el de los pies ligeros": eso permite hacer creer que
uno ha leído a Homero.

Arenques.- La fortuna de Holanda.

Aristocracia rural.- Mostrar el desprecio más soberano hacia ella.

Arpa.- Produce armonías celestiales. En los grabados, solamente se
toca entre las ruinas o al borde de un torrente. Desarrolla el brazo y la
mano.

Arquímedes.- Decir a propósito de su nombre: "¡Eureka! Dadme un
punto de apoyo y moveré al mundo". También existe el tornillo de
Arquímedes pero nadie se ha preocupado por saber en qué consiste.

Arquitectos.- Todos imbéciles. Siempre olvidan la escalera de las
casas.

Arte.- Lleva al hospital; y lo peor es que no sirve de nada, pues se lo
reemplaza por la mecánica, que produce ,mejor y más rápido.

Artistas.- Todos farsantes. Ponderar su desprendimiento (obsoleto).
Asombrarse de que se vistan como todo el mundo (obsoleto). Ganan
sumas fabulosas, pero las tiran por la ventana. Se los invita con frecuencia
a cenar afuera. La mujer que es artista no puede resultar sino
una rarnera. Lo que hacen no se puede llamar trabajar.

Atuendo.- (de las mujeres). Perturba la imaginación.

Autor.- Se debe "conocer autores"; es inútil saber sus nombres.

Besar.- Decir “abrazar”, es más decente. Dulce robo. El beso se
deposita en la frente de una jovencita, en la mejilla de una mamá, en la
mano de una muchacha hermosa, en el cuello de un niño, en los labios
de una amante.

Gustavo Flaubert Diccionario de lugares comunes (traducción de ALBERTO CIRIA. Fuente: www.elaleph.com)

domingo, 16 de agosto de 2009

Irina y Tusenbach

 

 

"Qué me vas a hablar de amor..."

Una Irina que domina, un Tusenbach que suplica. Hombres y mujeres en la versión original de Las Tres Hermanas.
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Olga y Vershinin

 

 


Un momento que me encantó
Olga, una mujer bajo influencia...
Vershinin se sube a la mesa, ella se desespera, él arremete...
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El cinturón verde

 

 


Natasha, Irina y Masha, más vínculos complejos...
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Somos novios

 

Andrtei y Natasha en el Acto I de Tres Hermanas. By Etelvina y Diego.
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Vershinin y Masha

 

Muy entreverados, como debe ser...
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Andrei y las tres hermanas

 

 

 

 


Con cada una una historia. Los cuatro: constuyen vínculo.
(Andrei, Olga, Masha e Irina)
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Olga y Natasha

 

 


Un vínculo intenso.
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Tusembach e Irina

 

 

 


"Tsuembach, no me hables de amor..."
Irina dixit
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Vershinin, Olga y Andrei

 

 

 

 


Olga y Vershinin y su compleja relación.
Andrei en segundo plano (en la foto).
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Vershinin y Masha

 

 


Juegan.
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Los amantes de Las tres hermanas

 

 

 


El juego del amor y el deseo entre Masha y Vershinin. By Lorena y Joaquín.
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La mirada sobre el detalle

 

 

 

 

By Lucía Tayler
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Más de Cuatro Mujeres

 

 

 
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El mundo de Cuatro Mujeres

 

 

 

 

Seis actrices en una versión fememina de Tres Hermanas.
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